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viernes, 8 de agosto de 2008

Un sueño hecho amor o un amor hecho sueño. Cap 4

Cap 4. Frío Alucinante, silencio abrumador

NOTA: algunos eventos son inventados y son puramente ficticios, el chiste es saber cuales.

Estaba llegando a la escuela, sabiendo que este día sábado no iba a ser como los demás que había vivido con ella.

El sol iluminaba parte de la escuela mientras caminaba, pensando -“Hace mas de un mes que no veo a Rebecca, ¿como estará?”-

Estaba en el salón de clases asignado, respondía por que raramente mi mente funcionaba bien en esos momentos, estaba como que altamente alerta pero no era por la misma clase sino por que en menos de 3 horas iba a ver a mi ex novia.

Ya que ella se había cambiado de departamento, obviamente con Julia ya que esta poseía un departamento un poco más grande que el “nuestro” y lo denoto así por que Rebecca había quedado en saldarme la deuda del departamento.

Después de que estaba perdida en mis sentimientos la hora deseada llego, emocionada, corrí de la escuela al camión que me llevaría a la respectiva estación del metro de Toreo.

Como de costumbre me acomode los audífonos y la música comenzó la luz del sol iluminaba y hasta quemaba mis ojos ya que no llevaba lentes oscuros en el momento, Continué mi camino hacia la estación la cuál conocía como la palma de mi mano, segura de mi misma camine decidida hacia los andenes ya que hacia ya varios meses conocía el camino mas corto a zona rosa.

El tren arribo mientras me acomodaba en uno de los vagones tenía mi ya clásico síndrome de persecución, ya que notaba que algunas personas me miraban un poco raro, y con razón de imaginárselo, una chica alta de cabello castaño oscuro y vestida como si ella fuese hombre, camisa a rayas verticales azules y blancas, combinada con una playera blanca y chamarra de cuero negra aumentándole sus blue jeans con botas de constructor, era raro para la sociedad, pero como yo era la que estaba vestida así me parecía de lo mas normal.

Por fin después de la pérdida en Pino Suárez llegando a insurgentes un paso que había aprendido aquel día de la marcha del orgullo llegando a la mera Glorieta de insurgentes de zona rosa.

Subí las escaleras mientras el mar de gente se formaba a mi alrededor, caminaba lentamente y con paso firme, alcance a ver el cielo despejado y por fin algo de aire entraba a mis pulmones, la luz del mismo sol hizo su aparición en frente de mi.

La glorieta de zona rosa, estaba feliz por que había llegado por mi mano a la misma zona que siempre trataba de evitar a consecuencia de mis padres, caminaba mientras comenzaba a sentirme cómoda en ese ambiente de homosexualidad extrema, tanto hombres como mujeres besándose sin pena alguna en plena glorieta y disfrutándose de lo que era el Amor homosexual o para que se oiga mas cool, Gay, regresando al tema, camine hacia un pequeño árbol que esta junto a la salida del metro, proporcionándome un poco de sombra del sol quemante en el momento.

Aun con la música a un volumen relativamente bajo miraba al cielo y suspiraba, pensaba y hasta reflexionaba –El que hubiera pasado si yo no hubiese sido tan estupida como para dejar a Becca en manos de Julia-, me convencía a mi misma de que Julia no era tan buena mujer, que no era lo que Rebecca necesitaba, pero hasta ahora en el mes que ellas llevaban de novias sonaban perfectamente.

Los constantes “te amo” en la misma pagina de perfiles HI5, mensajes, comentarios, un sin fin de cosas, que anhelaba y hasta envidiaba, me controlaba, me negaba saber la verdad, no habría regreso con Rebecca, negaba el hecho rotundamente.

Mire el reloj lentamente, 50 minutos habían pasado desde que había llegado, mire al reloj digital de la pantalla enorme que estaba en la glorieta, la una y 5. –Demonios ¿Becca donde estas?- instantáneamente de que pensé eso sonó mi celular era ella –Hola, niña voy a llegar un poco tarde- contesto ella, -si no te preocupes, yo ya llegue- le respondí

Colgamos, estaba a pocos minutos de llegar a la misma glorieta, pero por que sentía que mi corazón iba a explotar, por que sentía esa presión en el pecho, mi cabeza daba miles de vueltas mientras pensaba en las mismas razones que unieron a Julia con Rebecca y yo había quedado sola. Realmente Rebecca había estado enamorada de mí desde el principio al igual que yo ese primer día que la contacte y que la vi en persona, no tenía idea.

Estaba cohibida en mis pensamientos mientras la gente pasaba, murmuraba y hasta se besaban en frente de mí, deseado que la que estuviese en frente de mí fuese Rebecca mientras yo la besaba mientras sus manos recorrían las mías, mientras mis deseos se volvían realidad en la mera fantasía que estaba viviendo.

En lo que yo despertaba del mismo sueño que estaba teniendo decepcionándome de que no fuese realidad alcance a divisar una mujer, alta, rubia ceniza, era ella, La chica que se volvió de la noche a la mañana mi amor y cambio abruptamente a una mujer que sentía el dolor de nuestra relación ya muerta ahora.

-Hola ¿como estas?- me pregunto como sin nada.

-Bien, ya mejor de bueno ya sabes, pero bueno quieres caminar- le dije yo.

-Pues si en lo que llega mi amor- dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja.

Nos dispusimos a caminar un rato en lo que julia llegaba, platicamos de mil cosas pero nunca de lo que a mi me atormentaba y a ella de seguro alguna vez llego a preocuparle.

Nos sentamos en una esquina de la glorieta mientras esperábamos a Julia que Rebecca me había dicho que iba a llegar un poco tarde.

Platicamos de las cosas que nos había pasado, como nos habíamos comportado que si bien me había ido en la escuela y demás, los asuntos que tocamos nunca fueron los de nuestra ruptura lo cual me atormentaba.

Pasaron los minutos en los que presentía que no me iba ir nada bien, llego una de las amigas de Julia, Emma o así dice que se llamaba la chica que estaba enfrente de nosotras sonriéndonos diciéndonos hola, ¿por que el sentimiento de sufrir en mi corazón? No lo supe hasta que Julia llamo a Rebecca.

Celos, frustración, decepción, no sabia que era lo que sentía en el momento me había confundido, la mente me hacía marearme y hasta me sentía mal.

Caminamos hacia donde Julia cito a Rebecca, Mi cabeza no reaccionaba, mi cuerpo se movía por la misma inercia, pero en donde estaba mi mente, perdida en los recuerdos que había tenido con Rebecca, los besos, caricias, palabras de amor.

Ahora todo olvidado por la mujer que nos estaba saludando.

Jure desde el día en que Rebecca me anuncio su noviazgo con Julia que no descansaría hasta recuperar a Rebecca costara lo que me costara, Me había dado por vencida al momento de ver a Julia que se llevaba tan bien con ella, con la que había sido mi amor, ahora ya perdido por que el corazón de mi ex novia le pertenecía a ella, como negar que tenía el corazón mas que destrozado por haber fallado una vez mas.

Camine junto con ellas a comer, a tomar, a estar con unas “amigas”, lo cual era lo contrario, estas furiosa pero al mismo tiempo me sentía impune al no poder abrazar a mi ex novia como antes, extrañaba los besos y las platicas que a veces teníamos, en fin extrañaba todo lo que ahora estaban haciendo enfrente de mi, besándose y diciéndose que se amaban.

En esos momentos mi cara se torno de incomodidad y hasta desprecio por las imágenes que mis ojos estaban captando, cuan incomoda me sentí que hasta Becca me pregunto que me pasaba, le respondí como siempre, nada, y se sabe por ley universal que cuando una mujer dice nada es algo.

Caminaba por la inercia que causaba el caminar, pero no podía moverme con libertad, hablaba pero puras incoherencias, no sabía bien lo que pasaba, mi corazón parecía destrozarse mas de lo debido, fuimos a diferentes lugares pero ninguno lo distinguía.

Mi actitud era de molestia hacia las dos, Emma no tenia la menor idea pero ella sabía que estaba hasta la madre.

Las horas pasaban y mi sentir me estaba agotando, mientras estábamos esperando que abrieran un antro de la famosa marca CabareTITO, Antro conocido por toda zona rosa.

Pero mi mirada estaba perdida entre el cielo, del mismo color de los ojos de mi amada en el momento.

Decidí irme por mi propia seguridad, ya que no soportaba mas las lagrimas que estaban saliendo casi sin control, que estaba soportando desde que Julia beso enfrente de mi a Becca.

Me despedí con toda la cortesía que podría haberme salido en el momento, no podía ocultar la verdad, me dolía como nunca ver a mi ex con una mujer que no fuese yo, pero estaba impune y no podía hacer nada para evitar su noviazgo, prometí no interferir en el mismo.

Salí caminando de donde estábamos esperando, mientras aumentaba la velocidad quería huir del mismo lugar, la calle a unos pasos, el semáforo en rojo para los peatones, grite en mi interior, quería que todo esto terminase lo mas rápido posible, Camine de lado a lado de la calle, pero no cambiaba el semáforo, la angustia comenzó a consumirme a quemarme y a desesperarme, no quería que Becca me viese en este estado de total desesperación por ella.

En unos instantes sentí como unos brazos me rodeaban y me gritaban, era Becca, esperando a que me dijera que si estaba bien, indudablemente lo hizo, yo le conteste que estaba bien que necesitaba un tiempo para tranquilizarme.

Le mire directo a aquellos ojos azules que no hacían mas que conquistarme, y sutilmente trate de decirle que todavía la amaba.

Camine mas hasta separarme de ella y cruzar la calle, aun arriesgándome a que me atropellaran ya que nunca vi si el semáforo estaba en rojo o en verde mientras las lágrimas fluían ahora libremente como no lo había mostrado, y así caminaba perdida en un frío Alucinante, y el silencio abrumador que causaba mi corazón en esos momentos.

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